En los últimos tiempos ha llegado una nueva ola en esto de la «sostenibilidad» formando parte de una tendencia a la que grandes fortunas han querido adherirse mostrando su apoyo al medioambiente, la naturaleza, las comunidades o gentes desfavorecidas, etc. En definitiva una forma de añadir algo de «verde» a su curriculum.
Los «ecomillonarios» son de diferentes procedencias: magnates del mundo empresarial que igual disponen de negocios relacionados con la telefonía, petróleo, hoteles, tierras para urbanizar, tiendas de moda y otros tipos de negocios financieros. Los hay que pertenecen al mundo de las nuevas tecnologías, la joyería y derivados, los bienes y raíces, la moda, la banca, deportistas y artistas. En resumen están dentro de un amplio abanico donde no queda libre nada de lo que pueda suponer beneficios.
A través de fundaciones, concesiones y toda clase de donaciones filantrópicas les lleva a la convicción que el lujo, el poder del dinero puede y debe ser hoy sostenible y humano, de lo contrario se quedan fuera de una sociedad que se está gestando, con muchas dificultades, pero que no tiene otro camino.
Decía la escuela platónica que «la filantropía era un estado de buenos hábitos derivados de amor a la humanidad». Así se llevan a cabo acciones de mecenazgo que dan oportunidades a jóvenes en el campo de las artes, las tecnologías, la empresa, la banca, el deporte, la arquitectura u otras actividades como pueden ser las del Turismo.
Los «verdemillonarios» se afanan en mejorar su imagen a través de sus cruzadas ecologistas y ahí están los Kennedy, Rothschild, Goldsmith o el príncipe Carlos de Inglaterra que se ha convertido en un aguerrido defensor de lo ecológico o levantando su voz en los actos públicos, medios de comunicación o apoyando toda clase de proyectos bio o la construcción sostenible.
Esta nueva tendencia conocida como «deep ecology» acoge iniciativas de otras celebridades como Peace Planet. Según la revista Life Forbes, la aportación de los cincuenta multimillonarios más conocidos oscila entre el 0,2% y el 10,5% de su riqueza, siendo los que más han aportado de esta lista, hasta hoy, son Bill y Melinda Gates a través de su Fundación, con 31.000 millones de dólares y otras aportaciones como las Warren Buffet.
Dada la situación que vive el mundo actual, uno no sabe si tener tanto dinero reporta más salud, más felicidad o tener una vida más sencilla (downshifting) cambiando las prioridades que la sociedad de consumo nos ofrece. Posiblemente, las conciencias millonarias se dan cuenta que en un mundo global cada vez más transparente «suena» como un poco desafinado tener tanto dinero y comprobar que hay todavía mucha hambre en el mundo, además de otras necesidades.
Según Michael Porter, uno de los gurús de sobre la estrategia empresarial, su nuevo modelo de la Creación de Valor Compartido (Creating Shared Value, CSV) definido como el «próximo gran salto en el capitalismo» expresa los siguiente:
«Crear valor compartido nos da un propósito, nos dice por qué somos importantes. No dice que no deberíamos ser capitalistas. Dice que ser capitalista es diferente de lo que pensábamos. Si hacemos negocios de la manera adecuada, los negocios serán respetados en la sociedad, de una manera que nunca hemos visto».
También, James Austin, profesor de Harvard Business School, afirma «Hemos pasado de una filantropía tradicional, en la que se hacía un cheque para quien venía a «pedir», a una relación en la cual las empresas y las organizaciones no gubernamentales empiezan a pensar en cómo pueden interactuar para generar un valor agregado y un impacto social en el país o la comunidad. Las empresas tienen que evolucionar en el concepto de responsabilidad social empresarial y migrar hacia nuevos tipos de relaciones que van mucho más allá de la pura filantropía y que más bien se centran en interacciones y alianzas entre diferentes sectores de la sociedad».
Además, plantea que «las relaciones entre las empresas privadas y las organizaciones sin ánimo de lucro evolucionan en tres etapas: filantrópica, de transacción y la integrativa, siendo esta última la más beneficiosa para tales relaciones».
Claro que estas afirmaciones de Porter y Austin, si tenemos en cuenta lo sucedido en nuestro país con las cuentas del Sr. Pujol, no sabemos si se refiere al capitalismo del «tres por ciento», al especulativo o simplemente, al del aprovechamiento de oportunidades…un conflicto aquí, un desastre natural allá, una explotación de los ciudadanos del país mientras una élite vive de maravilla o un manejo informático del «compra o vende» desde un simple ordenador.
En cualquier caso, todo lo que hagan los «ecomillonarios» por la humanidad, bienvenido sea.
Jesús Felipe Gallego. Presidente Grupo ISTur
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