Se acaba el año

Menos mal que nos queda la ilusión de la Lotería de Navidad, Papá Noel (la nueva referencia del consumo navideño) y las uvas del 31 de diciembre para despedir 2014.

Sin embargo, estos 365 días que se están acabando han tenido de todo, desde el surrealismo político a la insostenibilidad del escenario internacional. No me voy a referir a la corrupción cuyos informes, documentos, imputaciones, recusaciones y toda clase de artilugios relacionados con los hechos ocurridos que hemos ido conociendo, sino a dos muy significativos como son el «caso Pujol» y el «caso del llamado pequeño Nicolás».

se acaba el año

El primero fue un mazazo, sobre todo para la sociedad catalana y también para el resto. Siempre habíamos visto al expresidente casi como una figura «mayestática». Sus palabras, discursos y arengas eran de «hombre de Estado». Pero cuando se apuntó de manera clara al independentismo la cosa empezó a oler mal y, sobre todo, cuando se abrió la olla de la corrupción en su partido con el mensaje de «España nos roba».

Pero el pueblo tiene unas «trágalas» donde llega a caber de todo, hasta tal punto que necesita «meter el dedo» como Santo Tomás y aún, muchas veces, no se lo cree y termina glorificando a estos personajes que se lo han estado «llevando crudo» durante años…y tan frescos. Ejemplos de defraudadores o presuntos los vemos todos los días y ahí siguen para que los demás continuemos pagando los impuestos. Toda una tribu al servicio de «trincar» la pasta de los demás, desde el omnímodo poder que les habían concedido los ciudadanos.

El caso más reciente es el del «pequeño Nicolás» donde uno no sabe si reír, llorar o darse cabezazos contra la pared, pues como dice unos de los personajes de la serie «La que se avecina: aquí hay tema, vaya si hay tema».

No sé si el cinismo de Pujol supera al del «pequeño Nicolás» pero podían formar un tándem para ir dando conferencias por las escuelas de negocios de todo el mundo. No sabemos si esto es el «toco mocho», el «juego del trilero» o algo parecido.

Con el número de casos levantados este año con la corrupción, el trapicheo, la manipulación y el engaño se podrían escribir miles de folios, ahí están los sumarios, que necesitarían un camión para llevarlos, dando lugar a la más variada y variopinta tomadura de pelo (lo del robo es demasiado vulgar) a todo un país embarcado en una crisis de la que dicen ya hemos salido, según las «encuestas hechas en los bares y cafeterías».

La cuestión es si esto ha terminado, creo que no. Hay todavía muchos que se lo «siguen llevando crudo» por medio de organizaciones sin ánimo de lucro, instituciones, organizaciones, etc., que viven de las subvenciones del Estado, Autonomías, Municipios, etc. que alimentan a chorizos de cuello blanco, verde o amarillo  que se dedican al photo call, a dar conferencias, abrazos, asistencia  a celebraciones, etc., pero que tarde temprano irán saliendo porque la justicia, parece ser, se ha puesto las pilas, aunque la dimisión del Fiscal General del Estado por los rifirrafes con el gobierno por la independencia judicial no es una buena señal. El tiempo lo dirá.

Ahora, en 2015, llegarán las elecciones. Habría que leer y escuchar lo que se dijo en las anteriores y a lo largo de la legislatura, por unos y por otros. Debería hacerse una película-recordatorio para que comprobáramos que la «mentira no tiene límites». Pero muchos ciudadanos/as están otras cosas y para eso algunos medios de comunicación con su prensa y sus programas basura u otros eventos se dedican al entretenimiento del personal para que tenga la mirada fija y la escucha en una sola dirección.

En el escenario internacional se está librando una guerra cuyas imágenes  vemos en vivo y en directo sentados en el sillón de casa. Los asesinatos en la escuela de Peshawar en Pakistán con 141 muertos, la mayoría niños y adolescentes y el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, México, de la Escuela Normal de Ayoptzinapa,  desde el 26 de septiembre, hace clamar a la sociedad mexicana que no logra zafarse de una violencia maldita en uno de los países mejores del mundo y cuyo turismo es uno de sus grandes aportes a su economía. La imagen repetitiva de muertes, secuestros y otras contribuciones a los hechos delictivos no les favorece y como siempre quien paga es el pueblo que está harto de esta situación.

En Ucrania hay una batalla de poder con la Rusia de Putín a la que se le acumulan los problemas con las sanciones de la UE y Estados Unidos y el descenso vertiginoso de los precios del petróleo. Muertos y más muertos, no los ricos o los más sólidos en sus economías, sino los ciudadanos o tropas que van a donde les mandan detrás de la bandera.

La UE sigue con sus políticas de bandazos y no será por la cantidad de funcionarios que tiene para pensar…pero es un mundo del que los ciudadanos no se enteran, solo cuando envían las «directivas».

Latinoamérica pendiente de Brasil que tiene ante sí retos muy importantes en su economía y en su política. La presidenta Dilma Russell no lo tiene fácil, en 2016 le esperan los Juegos Olímpicos y el caso de Petrobras con un buen puñado de políticos en el saco de la corrupción.

En el Caribe la que tiene que hacer sus deberes es Cuba. No le queda otra. Del socio venezolano han pasado al socio de Estados Unidos por muchas razones y ellos lo saben. La liberación de presos políticos ha sido una justificación para abrir un poco las puertas y con Obama tienen la oportunidad para relanzar su economía y convertir al país en una verdadera potencia turística, con millones de turistas a sus puertas. Los hoteleros españoles están felices porque el aguante está empezando a dar resultados y los lobbies empresariales americanos, también. En Cuba hace falta de todo y el gran negocio de la construcción, entre otros, les espera. De todos modos, nadie debe creer que en Cuba la democracia va a entrar mientras el Raúl Castro hable con el uniforme militar, pues ese mensaje subliminal lo mandó el otro día en su conversación con el presidente americano. Allí el «establishment» no está por la labor de hacerse el harakiri pues son demasiados años de poder y de miedo para cambiar de un día para otro. El ejemplo del final del franquismo allí no existe. De momento están más cerca de Corea del Norte, aunque con sabor tropical. Pero todo tendrá su fin y algún día gozarán de libertad tal y como nosotros la entendemos.

El caso de Nigeria nos sorprendió con el secuestro de 200 niñas por los radicales islamistas del grupo Boko Haram que sigue con sus fechorías mientras el país es el segundo consumidor de champagne del mundo, tiene a más del 60% de la población viviendo con menos de un dólar al día. Uno de los países más ricos  del continente africano donde muchos acuden a hacer fortuna en entornos de lujo y miseria. Otro nuevo secuestro de otro centenar de niñas en estos día pasados es otro ejemplo del terror que sufren los más débiles.

Pero los problemas acechan en otros entornos. La bajada de los precios del petróleo de una manera muy sustancial, a casi 60 dólares barril, está afectando a países como Venezuela, Rusia, México, Ecuador, etc., y sus economías pueden debilitarse, algunas más que otras, y como siempre las clases trabajadoras se pueden ver muy afectadas.

Luego están los grandes países como China e India con sus problemas internos que nadie sabe cómo saldrán de ellos pues afectan a millones de personas y no solo son de orden económico, también político, social y religioso.

De Afganistán, Irak e Irán, las noticias se suceden cada día, sobre todo en los dos primeros donde los atentados son constantes. A esto hay que sumar las tensiones en Siria, Israel y Palestina, los millones de desplazados, y los muertos, niños, mujeres, adultos y mayores que son llevados a este apocalipsis de un mundo en el que nos animan a consumir y otro que no tiene que llevarse a la boca.

En nuestra España terminaremos con un buen año para el turismo, dicen que con recuperación económica y del empleo y unas perspectivas «muy verdes» para el próximo 2015. Habrá que ver que nos depara la fortuna porque hay «huesos duros de roer» que están dispuestos a todo con tal de seguir «chupando sillón» o convertirse  en la casta que tanto ansiaban. Los clásicos, gobierno y oposición lo  van a tener muy difícil, los errores se terminan pagando y durante la legislatura los ha habido de todos los colores.

¡¡Que Dios nos proteja!!.

FELIZ AÑO NUEVO

Jesús Felipe Gallego. Presidente Grupo ISTur

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