La seguridad en los locales de ocio

Lo acecido en la discoteca Kiss, de la ciudad Santa María del estado brasileño Rio Grande do Sulco, más de doscientas personas muertas y un centenar de heridos nos debe llevar a una profunda reflexión.
                                                Fuente: http://goo.gl/ZJDiC  

Hace poco en nuestro país, el llamado caso del Madrid Arena producía cinco muertes de jóvenes en una fiesta cuyas consecuencias fueron dramáticas para las miles de personas que allí se encontraban. Han habido otros hechos luctuosos como el «nunca olvidado» de la discoteca de la calle Alcalá de Madrid.Fuente:http://goo.gl/jaNpY

Fuente: http://goo.gl/Q81mV

Periódicamente, en los últimos años, nos han llegado noticias similares de locales en otras ciudades del mundo, eventos multitudinarios donde la tragedia está presente en cualquier momento por razones múltiples: aglomeraciones, consumo de bebidas alcohólicas, instalaciones y equipos de prevención obsoletos o que no funcionan, salidas de emergencia bloqueadas o insuficientes, construcciones que por sus materiales se convierten en fuego inmediato, personal de seguridad escaso y no preparado, actuaciones tardías o negligentes de las autoridades que deben intervenir, licencias de apertura inexistentes y no renovadas, tratos de favor en las concesiones de fiestas o locales, etc.

Como es natural mientras actúan los jueces para dirimir responsabilidades, la palabra «presunto» es la utilizada hasta que no se enjuicie a los responsables y haya sentencia firme. Sin embargo, los muertos, heridos, familias afectadas, etc., no son «presuntas» sino que son realidades de dolor y angustia y de daño difícil de olvidar.

Dice el refrán que «más vale prevenir que curar». Sin duda estos locales, fiestas, eventos, etc., solo tienen una palabra indispensable: prevención de los riesgos.

La primera responsabilidad la tienen las autoridades que tienen la obligación de asegurar que se cumplen las normas al respecto, que las tenemos, pero no se cumplen. Las responsabilidades son políticas, civiles o penales en su caso en los distintos niveles de la Administración Pública.

En segundo lugar, son los propietarios de las empresas que ponen por delante el negocio antes que la seguridad. Lo importante es vender muchas entradas o dar paso a muchas personas que van a consumir sin pensar en lo que puede ocurrir en un caso de emergencia.

Y, finalmente, no se puede ofrecer al público un local o un evento (macrofiesta, partido de fútbol o cualquier otro tipo de celebración) sino se cumplen en su totalidad las normas vigentes. En este sentido, «tolerancia cero».

Quizá no aprendemos o las consecuencias de quienes vulneran las normas son demasiado «suaves», pero las vidas de las personas son más importantes que cualquier negocio o beneficios que pueda producir. Hay mucha gente imprudente, personas que en esos momentos de euforia cometen actos de resultados gravísimos, sin pensar lo que puede suceder por cualquier grito, bengala u otro artefacto.

Ante estos hechos solo cabe contar con todo el peso de la ley y pensar en lo que puede suceder en nuevas manifestaciones de ocio que deben ser motivo de alegría y no de tragedia.

La última, la cubierta de la plaza de toros de las Ventas de Madrid que se ha venido abajo antes de inaugurarse…gracias a Dios.

Fuente:http://goo.gl/Lw40i

Estrategia empresarial para las empresas turísticas.

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