Finaliza el año 2012, quizá uno de los períodos oscuros de la Humanidad, con muchos problemas a nivel general y una sociedad anhelante de mejoras donde los avances tecnológicos y los conocimientos se contradicen con las realidades que afectan a millones de personas en todos los continentes donde las necesidades se multiplican y las injusticias se renuevan cada día.
En este año que está a punto de terminar ha habido reuniones muy importantes, fundamentales para los avances que deben ser guía de los pueblos que tienen que salir del nulo o bajo nivel de desarrollo. La primera, la Cumbre Río+20 celebrada en Rio de Janeiro entre el 20 y 22 de junio. La segunda, Cumbre del Clima, celebrada en Doha (Qatar) cuyo objetivo era la renovación del Protocolo de Kyoto.
Ambos eventos, de una importancia transcendental para el futuro de los pueblos, acabaron con resultados mediocres de acuerdo a lo que se esperaba.
La Cumbre de Río viene desde 1992 planteando los problemas del desarrollo sostenible y a pesar de las conclusiones que ha habido en cada convocatoria, siguen existiendo escenarios «insostenibles» en muchas partes del mundo. Respecto a las reuniones sobre el Protocolo de Kyoto que fue iniciado en 1997 y entró en vigor en el año 2005 y ha tratado de reducir los gases de efecto invernadero, también ha encontrado dificultades por las reticencias de determinados países cuyos intereses económicos están por encima del interés del planeta.
Desde esta sencilla «voz» que representa el Instituto de la Sostenibilidad Turística (ISTur) reivindicamos la necesidad de aceptar el paradigma del desarrollo sostenible como un nuevo modelo de sociedad si queremos un mundo mejor para el presente y las nuevas generaciones.
Como plantean las Naciones Unidas y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el desarrollo humano sostenible se basa en reglas éticas donde el crecimiento económico, la equidad social, la sostenibilidad ambiental la defensa de los derechos humanos, la democracia, la participación social y al multiculturalidad representen los cimientos de la nueva sociedad del siglo XXI.
Y en este contexto de sostenibilidad solo con la EDUCACIÓN y la FORMACIÓN se puede dar respuesta al cambio que cada vez es más urgente.
Si analizamos lo que está ocurriendo en el mundo con la llamada crisis global, no es necesario ser un experto para reconocer que es una crisis de valores y principios, de reparto más equitativo, de ofrecer posibilidades a los que menos tienen y, sobre todo, de cuidar y mantener un planeta más limpio, menos contaminado y respetuoso con su biodiversidad.
Las Universidades, los Centros de Formación públicos y privados debemos apostar sin reservas por una educación sostenible pues en todos los ámbitos educativos existen aplicaciones directas o indirectas de sostenibilidad.
En el campo del Turismo, sus actividades, instituciones y empresas, el desarrollo sostenible es una realidad si queremos aplicarlo. Las comunidades y sus ciudadanos son beneficiarios directos de este nuevo paradigma que no tiene otra alternativa, tal y como se indica en las Cumbres que hemos citado. Sus conclusiones son determinantes y solo si las asumimos podremos tener una sociedad más equilibrada y solidaria, de lo contrario iríamos contra nosotros mismos.
Tenemos la esperanza que en el año 2013 los políticos, grandes lobbies económicos, los prescriptores sociales y todos aquellos que pueden influenciar en los diferentes escenarios nacionales e internacionales encuentren las respuestas y salidas para este planeta.
No olvidemos que la «felicidad del ser humano no está en los mercados sino en lo que hacemos todos los días por los demás».
¡¡¡¡Por un 2013 más sostenible!!!!
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Yo también me apunto al bonito deseo de que el 2013 sea mucho más sostenible y también mucho más racional, en España y en el mundo.
Sin duda que la crisis que venimos sufriendo en el último quinquenio es fruto de valores que nada tienen que ver con la innovación, con la responsabilidad y el beneficio social común que deben exigirse ya a los grandes grupos empresariales en el mundo, a las estrategias a largo plazo que deben guiar a una nación, o a la conciencia de cada uno de nosotros en nuestras acciones, aportando nuestro granito de arena hacia una mejor conservación del planeta, desde nuestra propia existencia diaria.
Quizás nos haga falta conciencia personal, empresarial y de Estado. Para ello es necesario fomentar una nueva educación hacia un cambio de valores más humanos y mucho más sencillos, valores que más pronto que temprano tendrán que llegar, aunque sea porque a la fuerza ahorquen!!
Hablamos de una conciencia que nos haga comprender que nuestro presente es efímero y que en absoluto está nada inventado, todo lo contrario: ¡¡el buen futuro estará siempre por conquistar!!
¡Ojalá que este 2013 empiece a mostrarnos ya un mejor camino hacia una sociedad y un mundo más feliz, hacia un mundo más humano, y, por supuesto, mucho más sostenible!