El pasado día 27 se celebraba el Día Mundial del Turismo y Madrid bullía de gente que disfrutaba del fin de semana con las miles de personas que habían llegado de todo el mundo a la beatificación de Álvaro Portillo, prelado del Opus Dei, en una ceremonia celebrada en el barrio de Valdebebas.
En la madrileña Puerta del Sol la gente disfrutaba haciendo fotos al pie del «Oso y el Madroño» o de la estatua de Carlos III, reconocido como el «mejor alcalde Madrid».
El antiguo edificio del hotel París, una de las glorias hoteleras de finales del siglo XXI, ha pasado a ser Apple Store, establecimiento inaugurado el mes de junio, donde los fieles de la marca hacían cola para la compra del último artilugio tecnológico de la marca, los IPhone 6 al «módico precio» de 699 euros, el más barato, hasta los 999 euros, según su capacidad.
Allí estuvo, en este edificio, uno de los primeros hoteles de la capital de España desde 1864, cerrando sus puertas en 2006. También, se encontraba el Café Imperial que más tarde recibiría el nombre de Café de la Montaña, donde el escritor Ramón María del Valle Inclán, en una disputa, perdería su brazo izquierdo que tuvieron que amputar. Tertulianos de la política, escritores y artistas de todo género tenían en este lugar su lugar de reunión. Dicen que por las numerosas puertas de salida que había en el salón se le conoció con el nombre de «Café Pulmonía».
La bodega González Byass puso en su fachada un anuncio con su nombre y más tarde el del Tío Pepe (Sol de Andalucía embotellado), hoy trasladado a otro edificio, frente a la Real Casa de Correos, sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
Hoy 29 de septiembre se celebra el «Día Mundial de la Tapa», uno de los símbolos de la Restauración española, que se ha convertido en una referencia para todos y sobre todo para los que nos visitan.
El «chato de vino y la tapa» representaban en la barra de una taberna o un bar el complemento ideal para compartir, charlar o discutir sobre el último partido de fútbol.
Hoy, la tapa se ha innovado, actualizado y se acompaña de caldos con «denominación de origen» en copas apropiadas y a la temperatura que aconsejan los bodegueros y sus enólogos. Hay tapas de «diseño», pequeñas obras del arte culinario creadas por nuevos cocineros «autores» que rivalizan durante los concursos o en los bares que se han ido transformando en otros espacios acordes a lo que se lleva en este convulso y complejo siglo XXI.
La tapa ha alcanzado la categoría de una «comida simple, o completa». El consumidor sale a «cenar de tapas» con la pareja o los amigos, selecciona los locales de moda, donde los vinos están presentes con una variedad que recorre la geografía vinícola española con apuntes foráneos de Francia, Italia, República de Sudáfrica, Australia o Estados Unidos.
En algunos casos la tapa, también, se ha «japonizado» y se tapea con los «rollos de primavera tatakis, sashimis o tempuras».
Pero, lo más importante, es su internacionalización, viajando a muchos países y creando Marca España, algo que aquí algunos iluminados cuestionan.
Jesús Felipe Gallego. Presidente Grupo ISTur
Posted by