Declaración Universal de los Derechos Humanos

Hoy 10 de diciembre de 2014 se cumplen 66 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas celebrada en Paris por la Resolución 217 A (III). En este año de 1948 cincuenta y ocho naciones estuvieron presentes en la redacción del texto que sería votado y aprobado por cuarenta y ocho.

Derechos Humanos |Human Rights

Derechos Humanos |Human Rights

El texto se compone de treinta Artículos que representan los derechos fundamentales de todo ser humano que debe vivir con libertad de opinión, expresión, dignidad, justicia, asociación, derecho al trabajo, a la vivienda, a la sanidad, a la educación, etc.

Finaliza el Artículo 30 con el siguiente texto:

  •  Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración. 

Los intereses económicos, geopolíticos y de otra naturaleza hacen “mirar hacia otro lado” a los países que se consideran democráticos, que también conculcan y que ponen por encima de aquellos, los derechos fundamentales de ciudadanos que tienen la desgracia de soportar regímenes de una catadura moral indecente y que nadie cuestiona excepto con discursos, palabras repetidas y abrazos o saludos hipócritas según las circunstancias.

El mundo actual, donde las nuevas tecnologías lo impregnan todo y las noticias circulan por el espacio virtual, sería bueno educar a nuestros niños y adolescentes en el significado de estos principios que suponen un avance de la Humanidad. Mientras esto no se consiga y no se respeten seguiremos en una sociedad que no se ha desprendido de muchas de las causas que originaron la II Guerra Mundial.

Uno se pregunta cómo es posible que lleguemos a un cometa que está a millones de kilómetros de la Tierra y aquí, a muchos, les tengan en prisiones durante años sin causa justificada. Al menos, el ejemplo de Estados Unidos sacando a la luz las torturas a presos de Guantánamo es una lección de democracia. Otros llevan años, décadas lavando sus conciencias a través del “palo tente tieso” y el miedo es libre.

Hitler no ha muerto, todavía impregna los cerebros de los que detentan el poder para su total beneficio, aunque proclaman que es para proteger al pueblo de sus enemigos.

La libertad, el don más preciado para el ser humano, no deja de ser una entelequia en países que se proclaman revolucionarios, controladores de la esencia del pensamiento de los demás, donde la historia se inventa o reinventa y el que no está conforme ya sabe lo que le espera: cárcel, torturas, indignidad para él y sus familias, indefensión y vida destruida.

El turismo, como uno de los grandes logros de la Humanidad en estos últimos cincuenta años, símbolo de paz y libertad a través de sus empresas y actividades, debería promover esta Declaración y, en las habitaciones de los hoteles, se debería dejar un ejemplar de esta Declaración Universal para que no olvidemos que, mientras nos relajamos y disfrutamos, otros son perseguidos, encarcelados y torturados física y/ o psicológicamente, simplemente, por no pensar de forma diferente.

Sabemos por el conocimiento e información que recibimos diariamente, en este mundo globalizado, que todavía hay países donde estos artículos son conculcados con justificaciones peregrinas, de tendencias fascistas que nos hacen retroceder a situaciones que propiciaron la II Guerra Mundial. Solo hay que recorrer el mapa mundial para señalar con verdadera vergüenza aquellos lugares donde la libertad no existe o se maneja en función de los intereses de unos pocos.

Cabe preguntarse en esta segunda década del siglo XXI si esta Declaración Universal la respetan los Estados que forman parte de las Naciones Unidas.

Jesús Felipe Gallego. Presidente grupo ISTur

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