El Turismo tiene su mayor ventaja competitiva en sus hombres y mujeres, en su educación y formación.

En la segunda década del siglo XXI cuando el Turismo se ha globalizado y los destinos están en cualquier parte del planeta, la hospitalidad representada por la Educación y la Formación es el mayor valor que se puede ofrecer. La percepción por el viajero-turista siempre pondrá este valor en el primer lugar de sus recuerdos y experiencias.

 La Formación para un país o una empresa es una INVERSIÓN permanente. Por lo tanto el que no invierte se queda  en los últimos lugares. Plantear que si formamos los trabajadores después se van, es negar uno de los principios básicos del  rol empresarial: FORMAR. Si todas las empresas invirtieran en formación continua, siempre habría trabajadores formados.

 Si los trabajadores a los que damos formación se van, habría que preguntar cual es la causa. ¿Es para mejorar su carrera, para mejorar su salario, por tener unos jefes mejores, porque no se sienten motivados, etc.?. Fidelizar a los trabajadores es como fidelizar a los clientes. No es una tarea fácil, pero por eso no dejamos de hacer actividades de comercialización.

 En el siglo XXI, en el que ya vamos camino de su tercera década, ofrecer calidad es una obligación y además de ofrecer buenas instalaciones físicas, buen producto, hay que tener un personal formado y educado. ¡Alguien compra «No calidad».

 Las mejores cadenas hoteleras y las grandes empresas del mundo invierten constantemente en formación, con independencia de la rotación de sus trabajadores. Saben que es la mejor inversión.

 El nuevo paradigma, la nueva referencia de la sociedad es la SOSTENIBILIDAD QUE NOS AFECTA A TODOS.

Los problemas actuales en el mundo proceden de su Insostenibilidad (económica, medioambiental, social y cultural). Esto no es un invento, es una realidad que se ha vuelto a plantear en la Cumbre Mundial de la Tierra, celebrada en  Rio de Janeiro el 20-22 de junio del presente año.

 Los Destinos Turísticos debería ser referencias de Sostenibilidad, pero para lograrlo hay que trabajar en esa dirección, pues de lo contrario, en vez e ir al futuro nos quedamos estancados en el pasado.

Sector público y privado deben  aunar esfuerzos para dejar un legado sostenible a las nuevas generaciones. Tenemos la oportunidad de trabajar en un proyecto sostenible cuyo recorrido debería empezar ya.

El Planeta Tierra hay que conservarlo, cuidarlo y hacerlo sostenible. La eficiencia energética es solo un parte de la sostenibilidad, no olvidemos todo lo demás que debemos hacer en aras de un mundo mejor.