Ya se han ido los miembros del COI (Comité Olímpico Internacional) que han estado en días pasados, viendo y evaluando la candidatura de Madrid como sede de los Juegos Olímpicos de 2020. Turquía y Japón son los otros dos candidatos.
Esta es la tercera vez que la capital de España se presenta y parece ser que esta vez hay más posibilidades si nos dejan tranquilos (hay que recordar la nefasta intervención de Alberto de Mónaco, la vez anterior, que nos quedamos en segunda posición).
Los Juegos Olímpicos son una oportunidad única para un país y para su sede oficial pues es la imagen que se difunde por todo el mundo. El ejemplo es Barcelona, un antes y un después de las Olimpiadas de 1992 (Juegos de la XXV Olimpiada).
Después de ver y pasearse por los recintos y espacios que se pueden dedicar a los Juegos, una evaluación importante fue la del alojamiento hotelero. Madrid cuenta con una amplia oferta a la que se podrían sumar las 12.000 habitaciones del proyecto Eurovegas, según las informaciones de los medios de comunicación.
Si en 2017, según lo previsto, se abre la primera fase de Eurovegas, para el año 2020 posiblemente habrá más, junto con la oferta de ocio que se desarrolle. A lo mejor, tenemos más suerte con la influencia del lobby Eurovegas que con el príncipe monegasco y sus negativos comentarios.
Madrid necesita los Juegos por muchas razones y los Juegos necesitan Madrid. Con sumo respeto a las otras dos candidaturas, creemos firmemente que la nuestra y nuestro país puede desarrollar unos Juegos Olímpicos magníficos a los que habría que sumar el calor y la hospitalidad de la gente, algo que todo el mundo reconoce.
Y avanzando la noticia. Del 7 al 23 de febrero se celebrarán en la ciudad rusa de Sochi los XXII Juegos Olímpicos de Invierno. La ciudad realiza iniciativas ambientales en el marco del Día Internacional para la Protección del Mar Negro («mar limpia para ciudad limpia»).
“El Comité está comprometido a promover el desarrollo sostenible y el respeto por el medio ambiente dentro y a través del deporte. Nuestros esfuerzos son impulsados por dos consideraciones, a saber: el impacto que un medio ambiente degradado puede tener sobre el deporte, y los efectos que los deportes –y, en particular, los Juegos Olímpicos– pueden tener sobre el medio ambiente.”
JACQUES ROGGE. Presidente del Comité Olímpico Internacional
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