Oí decir, en una mesa redonda celebrada con motivo de EUROAL 2015, que la «sostenibilidad es un tema de supervivencia». Por su parte, el Papa Francisco en su visita a Sarajevo advertía de una “tercera guerra mundial” aunque no se reconozca a pesar de los múltiples focos que existen en el mundo donde la gente se mata en un escenario tribal donde justifica como motivo la religión, las fronteras, los recursos materiales o, simplemente, la ambición lujuriosa de una pandilla de energúmenos que explotan a sus pueblos y a sus ciudadanos creando miseria, pobreza y pérdidas de los hogares de una manera definitiva, pues ahí seguirán los “vendedores de armas y de la reconstrucción” para seguir con el negocio.
Los vemos todos los días desde el sillón de la televisión. Niños, adolescentes, mujeres, personas mayores tienen que recoger sus enseres mínimos y salir huyendo para ser recogidos, afortunadamente, por la ONG de turno o la institución internacional creada para este fin, es decir, recoger y ayudar a los que echan de sus casas, de sus pueblos o ciudades, de su país.
Nosotros, desde nuestra humilde posición, no nos cansamos de repetir la palabra sostenibilidad, el paradigma del siglo XXI. Durante lo que llevamos de año 2015, más de 50.000 inmigrantes han llegado a Italia huyendo del terror que hay en sus países. En estos días pasados han estado reunidos los del G7 y, en breve, se celebrará la reunión del desconocido y hermético Club Bilderberg en el hotel Interalpen (Seefeld, Austria) con presencia de líderes políticos, empresariales e institucionales. En ambos casos se hablará de la situación del mundo y de las “recetas” para arreglarlo.
También, los recientes consejos del Fondo Monetario Internacional a España, no sabemos si están en el camino de la sostenibilidad. Subida del IVA, abaratamiento del despido y copago en la sanidad y educación. En fin, dicen que es para reducir el paro y mejorar la vida de los españoles (¿).
Todavía hay millones de personas que no entienden lo de la sostenibilidad y algunos, que si saben de ella, miran hacia otra parte. El sector turístico no es ajeno a esta afirmación. Gran parte del empresariado aplica la sostenibilidad al cambio de bombillas que reducen el consumo eléctrico o al consejo dirigido a los clientes sobre el uso de las toallas.
Sin embargo, hay grupos hoteleros que se “han puesto las pilas” y trabajan sobre el tema porque saben que no hay otra opción si quieren estar en el “mercado internacional”. Es «sí o sí». Es la opción de un nuevo modelo de gestión relacionado con la sociedad. No es solo dentro, como la calidad, sino que es de dentro hacia fuera y viceversa.
No solo es vender camas, es vender esperanza para todos, es participar en la creación de un futuro mejor y el turismo juega un papel como el hecho social más importante desde el siglo pasado.
Taleb Rifal, Secretario General de la OMT se expresaba así:
«Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente 2015, cabe recordar nuestra inmensa responsabilidad de proteger nuestro medio ambiente en vista de las decisiones que tomamos.
Mil millones de turistas son mil millones de oportunidades para acelerar el cambio. Aunque las pequeñas acciones pueden parecer intrascendentes, imagínense las enormes repercusiones de una acción responsable multiplicada mil millones de veces. Mil millones de turistas pueden convertirse efectivamente en mil millones de representantes mundiales – una fuerza mundial unida que protege el futuro de nuestro planeta y de todas las personas.
La protección de nuestro medio ambiente es una responsabilidad que todos compartimos. Cuanto más viajamos por el mundo más conscientes somos de las inagotables maravillas de nuestro planeta, que nos piden que cumplamos nuestro cometido para preservar nuestro patrimonio común».
No solo para el medio ambiente, una de las dimensiones del desarrollo sostenible, también para las otras tres: económica, social y cultural.
Jesús Felipe Gallego. Presidente Grupo ISTur
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